¿Tengo ansiedad social?
Raquel Monroy Pajares • 11 de enero de 2025
La Ansiedad Social: Comprensión y Manejo de un Trastorno Común

Desde Fonodil M.P os damos la bienvenida a este artículo práctico de la importancia de la terapia de psicología enla ansiedad social ten etapa infantil y adulto que altera la vida diaria, anímate! lo conocemos!
La ansiedad social, también conocida como trastorno de ansiedad social (TAS), es un trastorno psicológico que afecta a muchas personas en todo el mundo. Se caracteriza por un miedo intenso y persistente a ser juzgado o evaluado negativamente en situaciones sociales. Quienes padecen este trastorno experimentan un malestar significativo ante la idea de interactuar con otras personas, lo que puede llevar a la evitación de actividades cotidianas, como asistir a reuniones, hablar en público o incluso interactuar en situaciones cotidianas como ir al supermercado.
Este trastorno no debe confundirse con el nerviosismo ocasional que puede ocurrir antes de una presentación o evento importante. En el trastorno de ansiedad social, los temores son tan intensos que interfieren con el bienestar y la vida diaria de la persona.
Características y Síntomas
Las personas con ansiedad social sienten un temor intenso a ser evaluadas negativamente por los demás. Pueden experimentar una variedad de síntomas tanto físicos como emocionales, que incluyen:
Síntomas emocionales:
Miedo al juicio: Preocupación excesiva de ser humillado, rechazado o criticado por los demás.
Vergüenza anticipada: Sentir ansiedad y vergüenza incluso antes de enfrentarse a una situación social.
Baja autoestima: Creencia de que uno no es lo suficientemente bueno o capaz para interactuar adecuadamente con otros.
Preocupación constante: Pensamientos intrusivos sobre lo que los demás piensan de la persona, incluso después de que la situación haya pasado.
Síntomas físicos:
Palpitaciones: Aceleración del ritmo cardíaco al estar en una situación social.
Sudoración excesiva: El sudor puede ser evidente en las manos, rostro u otras partes del cuerpo.
Temblores: Involuntarios movimientos de manos, voz o cuerpo debido a la ansiedad.
Dificultad para hablar: La boca seca, la voz temblorosa o la dificultad para articular palabras pueden ser comunes en situaciones sociales.
Náuseas o mareos: Sensación de malestar físico en situaciones estresantes.
Este trastorno puede ser tan debilitante que la persona afectada evita activamente las interacciones sociales, lo que puede llevar al aislamiento social y, en algunos casos, a la depresión o la baja autoestima.
Causas de la Ansiedad Social
La ansiedad social tiene una serie de causas posibles que pueden ser de naturaleza biológica, psicológica o social. Algunas de las causas más comunes incluyen:
Factores genéticos: Existe una predisposición genética a desarrollar trastornos de ansiedad, incluida la ansiedad social. Las personas con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad tienen un mayor riesgo de desarrollar este trastorno.
Desequilibrios químicos en el cerebro: Se ha identificado que los desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina pueden contribuir a la ansiedad social. La serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo y el comportamiento social.
Factores psicológicos: Experiencias previas de rechazo, humillación o abuso pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad social. Las personas que han vivido situaciones en las que se sintieron ridiculizadas o rechazadas pueden desarrollar miedos intensos hacia las interacciones sociales.
Modelado social: Las personas que crecen en ambientes en los que se enfatizan las expectativas sociales o la perfección, o que son sobreprotegidas por sus padres, pueden desarrollar una mayor tendencia al miedo social.
Diagnóstico
El diagnóstico de la ansiedad social se realiza generalmente a través de una evaluación clínica realizada por un psicólogo o psiquiatra. Para diagnosticar el trastorno, se utilizan criterios específicos que incluyen:
Miedo persistente: El miedo a las situaciones sociales debe durar al menos seis meses.
Evitar situaciones: La persona tiende a evitar situaciones sociales o las enfrenta con un alto nivel de angustia.
Malestar significativo: Los síntomas deben interferir con el funcionamiento diario de la persona, como en su vida laboral, escolar o personal.
El diagnóstico adecuado es fundamental para que la persona reciba el tratamiento adecuado.
Tratamiento
La ansiedad social es un trastorno tratable, y existen varias opciones terapéuticas que han demostrado ser efectivas en la reducción de los síntomas. Los enfoques más comunes incluyen:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es una de las formas más efectivas de tratamiento para la ansiedad social. Esta terapia se centra en ayudar a la persona a identificar y cambiar los pensamientos y creencias irracionales que alimentan su miedo. A través de la exposición gradual, la persona puede enfrentarse a situaciones sociales temidas de manera controlada, lo que les permite disminuir el miedo a largo plazo. La TCC también enseña habilidades para afrontar la ansiedad, como técnicas de relajación y reestructuración cognitiva.
2. Medicamentos
En algunos casos, los medicamentos pueden ser útiles para controlar los síntomas. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina o la sertralina, son comúnmente recetados para tratar la ansiedad social. También se pueden utilizar ansiolíticos o benzodiacepinas en casos más graves, aunque estos generalmente se usan de forma temporal debido a su potencial para causar dependencia.
3. Terapias de exposición
La terapia de exposición implica enfrentar gradualmente las situaciones sociales que causan ansiedad. La exposición se hace de manera progresiva, comenzando con situaciones menos desafiantes y aumentando en dificultad a medida que la persona se siente más cómoda. Este enfoque ayuda a la persona a acostumbrarse a las situaciones sociales y reducir la ansiedad asociada.
4. Entrenamiento en habilidades sociales
El entrenamiento en habilidades sociales puede ayudar a las personas con ansiedad social a mejorar su capacidad para interactuar con los demás. Este entrenamiento puede incluir la práctica de habilidades como hacer preguntas, iniciar conversaciones y mantener contacto visual, lo que puede aumentar la confianza en situaciones sociales.
5. Mindfulness y técnicas de relajación
Las prácticas de mindfulness, como la meditación o la respiración profunda, son herramientas útiles para reducir la ansiedad generalizada. Estas técnicas ayudan a la persona a concentrarse en el presente y manejar los pensamientos ansiosos de manera más efectiva.
Impacto y Pronóstico
La ansiedad social puede afectar todos los aspectos de la vida de una persona, desde sus relaciones personales hasta su desempeño académico o profesional. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden aprender a manejar y superar los síntomas. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser altamente eficaz, y muchas personas experimentan mejoras significativas en su capacidad para participar en situaciones sociales.
Es importante recordar que la ansiedad social no es algo que se "supone" que se debe superar sin ayuda. Buscar tratamiento es un paso importante hacia la recuperación y mejora de la calidad de vida.
Conclusión
La ansiedad social es un trastorno común pero tratable. Aunque puede ser debilitante, el tratamiento adecuado, que generalmente incluye terapia cognitivo-conductual, medicamentos y técnicas de exposición, puede ayudar a las personas a superar su miedo y vivir de manera más plena. Si tú o alguien que conoces experimenta síntomas de ansiedad social, es crucial buscar ayuda profesional para aprender a manejar el trastorno de manera efectiva y mejorar la calidad de vida.
La consulta con un especialista en el área de psicología sanitaria va a mejorar significativamente esos estados de desajuste emocional, no dude en contactar con Fonodil M.P donde Raquel Monroy realizará en ajuste de ese proceso de inestabilidad. Te recomendamos seguir aprendiendo en los artículos del blog vinculados con este área!

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Hoy en Fonodil hablamos de cómo mejorar la regulación emocional! Lo conocemos! 🧠 1. Reconoce y nombra tus emociones Conciencia emocional: Detente y pregúntate: “¿Qué estoy sintiendo?”. Usar palabras como "enojo", "frustración", "tristeza", "alegría", etc., ayuda a darle forma a la experiencia. 📝 2. Acepta tus emociones sin juzgarlas Evita etiquetar emociones como “buenas” o “malas”. Reconoce que todas las emociones son válidas, aunque algunas sean incómodas. 🧘 3. Respira y regula tu cuerpo Respiración profunda, pausada (inhalar 4 seg – sostener 4 seg – exhalar 6 seg). Técnicas como meditación, relajación muscular progresiva o mindfulness ayudan a calmar la activación física. 🔄 4. Cambia el enfoque (reestructura cognitiva) Pregúntate: “¿Hay otra manera de ver esto?” “¿Estoy interpretando lo peor?” Reformular pensamientos distorsionados ayuda a reducir emociones negativas innecesarias. 📓 5. Usa un diario emocional Escribir lo que sientes y qué lo desencadenó puede ayudarte a ver patrones y descargar tensión. También puedes escribir posibles formas de actuar con más equilibrio. 🎯 6. Regula con intención, no reprimas Reprimir no es lo mismo que regular. Regula para procesar y responder con sabiduría, no para ignorar o evitar sentir. 👥 7. Busca apoyo Hablar con alguien de confianza puede ayudarte a ventilar y reorganizar tus emociones. También puedes considerar la ayuda de un profesional si las emociones se sienten abrumadoras o persistentes. ⚙️ 8. Practica estrategias de autorregulación Algunas útiles incluyen: Escuchar música relajante o animada. Hacer ejercicio. Técnicas de distracción saludable (dibujar, caminar, ordenar). Autoafirmaciones positivas. 🔄 9. Aprende de las emociones Reflexiona: ¿Qué me está enseñando esta emoción? ¿Qué necesidad no está siendo satisfecha? Las emociones ofrecen información valiosa si se las escucha con atención. 🧩 10. Sé paciente: regular no es controlar La regulación emocional es una habilidad que se entrena. No esperes resultados perfectos de inmediato. En el área de psicología de Raquel Monroy te ayudamos! www.logopediaypsicologiaenplasencia.es

Hoy en Fonodil conocemos el aislamiento social! El aislamiento social es una condición en la que una persona tiene poco o ningún contacto significativo con otras personas. Puede ser voluntario o involuntario, y tiene implicaciones importantes para la salud mental, emocional y física. Tipos de aislamiento social Aislamiento objetivo: Falta de relaciones sociales o contacto con otras personas (p. ej., vivir solo, no tener amistades cercanas). Aislamiento percibido: Sensación subjetiva de soledad o desconexión, incluso si hay gente alrededor. Causas comunes Problemas de salud mental (como ansiedad o depresión) Enfermedades físicas o discapacidades Edad avanzada Falta de redes de apoyo Migración o cambio de entorno Uso excesivo de tecnologías que reemplazan el contacto directo Consecuencias Salud mental: Depresión, ansiedad, pensamientos suicidas. Salud física: Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, debilidad inmunológica, deterioro cognitivo. Comportamiento: Aumento del sedentarismo, consumo de sustancias, disminución de habilidades sociales. Señales de aislamiento social Pérdida de interés en actividades sociales Retiro constante de relaciones Evitar llamadas, mensajes o visitas Apatía o tristeza persistente Cómo abordarlo Buscar ayuda profesional de una psicóloga Participar en actividades comunitarias o voluntariado Mantener contacto regular con amigos o familiares Fomentar rutinas saludables (ejercicio, alimentación, descanso) Uso positivo de la tecnología (videollamadas, redes con propósito) En el área de psicología de Raquel Monroy te ayudamos!

Por qué le damos tanta importancia al apoyo familiar con adolescentes o niños? En Fonodil,lo conocemos! El apoyo familiar es clave para fomentar la resiliencia en cada miembro del hogar, especialmente en momentos difíciles. Aquí tienes algunas recomendaciones para fortalecer el apoyo familiar: 🧩 1. Escucha activa y empática Escucha sin interrumpir ni juzgar. Valida las emociones de los demás (“entiendo que te sientas así”). Pregunta con interés genuino: “¿Cómo te sientes? ¿Qué necesitas?” 💬 2. Fomentar la comunicación abierta Crear un ambiente donde cada miembro pueda expresar lo que piensa y siente. Usar un lenguaje claro, respetuoso y sin gritos. Evitar suposiciones: preguntar antes de sacar conclusiones. 💞 3. Mostrar afecto y reconocimiento Dar muestras de cariño (abrazos, palabras de ánimo, pequeños gestos). Reconocer los esfuerzos y logros de cada miembro, por pequeños que sean. Decir frases como: “Estoy orgulloso/a de tí” o “Gracias por lo que haces”. 🛑 4. Establecer rutinas y límites sanos Las rutinas brindan estructura y seguridad. Los límites claros ayudan a mantener el respeto y el bienestar común. Es importante que las reglas se apliquen con coherencia y cariño. 🛠️ 5. Resolver conflictos con respeto Enfocarse en el problema, no en atacar a la persona. Buscar soluciones juntos/as. Evitar guardar rencor; fomentar el perdón. 💡 6. Apoyarse mutuamente en los desafíos Acompañar en momentos de crisis, pero también en los logros. Dividir responsabilidades en el hogar. Estar presente: a veces solo estar ahí ya es un gran apoyo. 🌱 7. Cuidar el bienestar emocional familiar Promover hábitos saludables: descanso, alimentación, ocio y ejercicio. Si es necesario, acudir juntos/as a un profesional (psicólogo/a, terapeuta familiar). Hablar de la importancia de pedir ayuda. En el área de psicología de Raquel Monroy,te ayudaremos!

Conoces la resiliencia? Hoy en Fonodil lo conocemos! La resiliencia es la capacidad que tiene una persona, grupo o sistema para afrontar, superar y adaptarse positivamente a situaciones adversas, traumáticas, difíciles o de mucho estrés —como una pérdida, una enfermedad, un fracaso, una crisis o una tragedia—, saliendo fortalecido o transformado por la experiencia. En psicología: La resiliencia no significa evitar el sufrimiento ni ignorar el dolor. Más bien, implica: Aceptar la realidad de la situación. Encontrar sentido o propósito en medio de la dificultad. Desarrollar estrategias para seguir adelante. Características de una persona resiliente: Flexibilidad mental y emocional. Optimismo realista. Capacidad de mantener relaciones sanas. Autoestima adecuada. Sentido del humor. Habilidades para resolver problemas. Veamos una situación de Fonodil! Imagínate que pierdes tu empleo de forma inesperada puede, tras un periodo de duelo o incertidumbre, usar la situación como una oportunidad para reinventarte, estudiar algo nuevo o emprender. La resiliencia no elimina las dificultades, pero permite enfrentarlas con recursos internos que ayudan a superarlas y a seguir creciendo. Te esperamos en el área de psicología de Raquel Monroy.

En Fonodil, hoy hablamos de la importancia de la comunicación. Nos toca: comunicación asertiva! Lo conocemos! ✅ Beneficios de la comunicación asertiva Mejora de las relaciones interpersonales: Resolución efectiva de conflictos: Fortalecimiento de la autoestima: Reducción del estrés laboral: 🛠️ Técnicas para practicar la asertividad Uso del "yo" en lugar del "tú": Expresión clara y directa: Escucha activa: Manejo de la ansiedad En el área de psicología de Raquel Monroy,os enseñamos el buen uso de la comunicación.

Conozcamos en Fonodil las habilidades sociales!! Habilidades Sociales: El Poder de Saber Relacionarte con los Demás Saber mucho de un tema o tener buenas notas es importante, pero en la vida diaria y en el futuro, hay algo que muchas veces vale tanto como el conocimiento: las habilidades sociales. Estas habilidades no tienen que ver con ser el más popular ni el más gracioso, sino con algo mucho más útil: saber cómo tratar bien a los demás y cómo hacer que te respeten también a ti. ¿Qué son las habilidades sociales? Son el conjunto de comportamientos y formas de comunicarse que usamos para interactuar con otras personas. Incluyen desde decir “hola” con confianza, hasta saber resolver un conflicto sin pelear. Tener buenas habilidades sociales te ayuda a: Hacer amigos con más facilidad. Evitar malentendidos o peleas innecesarias. Trabajar mejor en grupo. Defender tus ideas sin atacar a los demás. Sentirte más seguro en cualquier situación social. ¿Cómo lo hago o mejoro? Te lo cuento! Escuchar activamente No se trata solo de oír, sino de prestar atención de verdad. Mira a la persona, no interrumpas, y demuestra que estás interesado. Saber decir lo que piensas Hablar con claridad, sin miedo ni agresividad. Expresar tus opiniones con respeto es clave. Empatía Ponerte en el lugar del otro. Entender cómo se siente alguien, aunque tú no pienses igual. Resolver conflictos sin pelear Buscar soluciones en vez de culpas. A veces se trata de ceder un poco, otras de saber cuándo alejarte. Saber decir "no" Poner límites es importante. No tienes que hacer cosas solo para agradar a los demás. Lenguaje corporal positivo Tu postura, tus gestos y tu mirada también hablan. Una sonrisa o una actitud relajada puede abrir muchas puertas. ¿Se pueden aprender estas habilidades? ¡Sí! Nadie nace sabiendo cómo hablar en público o cómo calmar una discusión. Todo se puede practicar: Habla más con personas fuera de tu grupo habitual. Observa a gente que se comunica bien y aprende de ellos. Pide retroalimentación: a veces no notamos lo que podríamos mejorar. No tengas miedo de equivocarte. Cada error es una oportunidad para aprender. Conclusión Las habilidades sociales son esenciales para tener relaciones sanas, para destacar en la escuela o el trabajo, y para sentirte bien contigo mismo. No se trata de ser el más extrovertido, sino de aprender a conectar con los demás de forma auténtica y respetuosa. Con práctica, empatía y confianza, puedes convertirte en una persona que no solo se comunica bien, sino que también deja una buena impresión en los demás. En el área de psicología a nivel social, de Raquel Monroy unida con el área de logopedia de la comunicación,te ayudaremos!

Autoestima y adolescentes? Hoy en Fonodil M.P lo conocemos! Autoestima en la Adolescencia: Aprender a Quererte Tal Como Ere s La adolescencia es una etapa de muchos cambios: físicos, emocionales, sociales… y en medio de todo eso, es común que empieces a preguntarte: ¿Quién soy? ¿Soy suficiente? ¿Qué piensan los demás de mí? Ahí entra en juego la autoestima: la forma en que te ves y valoras a ti mismo. Es como una voz interna que te acompaña todos los días, diciéndote si puedes confiar en ti o no. ¿Qué es la autoestima? La autoestima es cómo te sientes contigo mismo. Si tienes una autoestima sana, te aceptas como eres, confías en tus decisiones y no necesitas la aprobación constante de los demás para sentirte bien. Pero si tu autoestima está baja, puedes sentir inseguridad, compararte mucho con otros o ser muy duro contigo mismo. ¿Por qué es importante en la adolescencia ? Porque en esta etapa estás formando tu identidad y aprendiendo a tomar decisiones por ti mismo. Una buena autoestima te ayuda a: Sentirte más seguro para decir lo que piensas. Alejarte de amistades o relaciones tóxicas. Enfrentar los errores sin hundirte en la culpa. Ser tú mismo, sin necesidad de imitar a otros. Cosas que pueden afectar tu autoestima Comentarios negativos (en casa, en la escuela o en redes sociales). Compararte con lo que ves en Instagram, TikTok o YouTube. Fracasar en algo y pensar que eso te define. Sentirte invisible o no escuchado. Cómo mejorar tu autoestima Aquí van algunos consejos prácticos que pueden ayudarte: Háblate bien: La forma en que te hablas a ti mismo importa. No seas tu peor crítico. Rodéate de gente que te respete: Amistades que te valoran te ayudan a sentirte mejor. Haz cosas que te gusten y se te den bien: Eso te recuerda tus talentos. Acepta que no eres perfecto: Nadie lo es, y eso está bien. Pide ayuda si la necesitas: Hablar con alguien de confianza o un psicólogo puede marcar la diferencia. En el área de psicología de Fonodil de Raquel Monroy, te recordamos que: Tener buena autoestima no significa creerte mejor que los demás, sino reconocer tu valor sin depender de lo que otros piensen. Estás en una etapa de descubrimiento, y está bien no tener todo resuelto. Lo importante es seguir creciendo con respeto y amor propio.

Hoy en Fonodil,escribimos un artículo de la autoestima,aspecto clave de la vida. Lo conocemos! La Autoestima: Clave para una Vida Plena La autoestima es la valoración que cada persona tiene de sí misma. No se trata de un sentimiento superficial de superioridad, sino de una percepción interna de dignidad, valía y capacidad. Tener una buena autoestima significa aceptarse, respetarse y confiar en uno mismo, incluso reconociendo errores o debilidades. ¿Por qué es tan importante? Una autoestima saludable influye directamente en casi todos los aspectos de la vida: Relaciones interpersonales: Las personas con buena autoestima tienden a establecer vínculos más sanos y equilibrados. Toma de decisiones: Confían en su criterio y se sienten capaces de asumir riesgos. Resiliencia emocional: Afrontan mejor los fracasos y críticas, sin que estos destruyan su percepción personal. Motivación y rendimiento: Se sienten más motivadas a perseguir metas, porque creen que pueden lograrlas. Factores que influyen en la autoestima La autoestima se forma a lo largo del tiempo y puede verse afectada por: La infancia y la relación con los padres o cuidadores. Las experiencias escolares, sociales y laborales. La comparación constante con otros (especialmente en redes sociales). El diálogo interno: cómo nos hablamos a nosotros mismos. Cómo fortalecer la autoestima Autoconocimiento: Identificar fortalezas y áreas de mejora sin juicio. Autocuidado: Dormir bien, comer sano, hacer ejercicio y descansar. Autoaceptación: Apreciar quién eres, con tus virtudes y defectos. Establecer límites: Aprender a decir “no” sin culpa. Evitar la comparación: Cada persona tiene su propio ritmo y camino. Buscar apoyo: La terapia psicológica puede ser muy útil cuando la autoestima está muy baja. Conclusión La autoestima no es un estado fijo: puede mejorar con trabajo y conciencia. Cultivarla es una inversión personal que repercute positivamente en todos los ámbitos de la vida. Creer en uno mismo no es vanidad, es una necesidad fundamental para vivir con plenitud y autenticidad. En Fonodil en el área de psicología de Raquel Monroy,te lo contamos!

Lamentablemente hoy en Fonodil te acompañamos si tienes pensamientos suicida o estás pasando por una situación difícil y estás teniendo ideas de lucha por levantarte cada día. Lo conocemos! El suicidio es el acto de quitarse voluntariamente la vida. Es un fenómeno complejo que suele estar relacionado con una combinación de factores emocionales, psicológicos, sociales y, en algunos casos, físicos o médicos. 🔍 ¿Qué lleva al suicidio? El suicidio no tiene una única causa. Algunas de las razones más comunes incluyen: Depresión y otros trastornos mentales, como trastorno bipolar, esquizofrenia o ansiedad severa. Crisis personales, como la pérdida de un ser querido, rupturas, desempleo o problemas financieros. Aislamiento social o soledad profunda. Consumo de sustancias (alcohol o drogas). Trauma o abuso (físico, emocional o sexual). Trastornos crónicos o dolor físico severo. ⚠️ Señales de advertencia Algunas personas pueden mostrar signos de que están pensando en el suicidio. Entre ellos: Hablar de querer morir o quitarse la vida. Aislarse de los demás. Cambios bruscos de comportamiento o ánimo. Sentimientos intensos de desesperanza o culpa. Poner en orden sus asuntos o despedirse de forma inusual. 🧠 Importancia de la salud mental El suicidio es muchas veces el resultado de un sufrimiento emocional intenso, pero con el apoyo adecuado, la gran mayoría de las personas pueden superar esos momentos. La prevención es posible. Hablar sobre el suicidio no lo provoca, al contrario: abrir el diálogo puede salvar vidas. 🌱 Alternativas y apoyo Hay tratamientos efectivos y redes de apoyo que pueden ayudar, como: Terapia psicológica o psiquiátrica. Medicación, si es necesario. Apoyo familiar y social. Líneas telefónicas de prevención del suicidio. En el área de psicología de Raquel Monroy , te ayudamos!