Conociendo la Dislexia
Raquel Monroy Pajares • 22 de agosto de 2023
Conocemos la dislexia:

Las dificultades de lectura y escritura son de vital importancia en la etapa escolar. Es importante identificar las dificultades que puedan surgir, entre ellas, la de dislexia. La conocemos mejor!
1. ¿Cuál crees que es el mejor abordaje para intervenir en una dislexia? ¿Qué tres puntos dirías que son claves para una evolución favorable?
a. Intervención cognitiva a una edad temprana. Entre los 2 y los 6 años pueden aparecer una serie de indicadores que nos hagan sospechar de una cierta predisposición a la dislexia. Por ejemplo, retraso en el habla, dificultad para identificar letras y sonidos asociados a letras, confusión de palabras de pronunciación similar o ciertas alteraciones en el lenguaje expresivo. La intervención especializada en estas áreas, así como su supervisión y exploración en los años posteriores que nos faciliten llevar a cabo un correcto diagnóstico diferencial, pueden ayudar a una evolución favorable en el caso de que finalmente nos encontremos ante un trastorno específico del aprendizaje con dificultades en la lectura o dislexia.
b. Intervención multidisciplinar. La actuación desde el momento de la detección de profesionales de la educación (profesorado, orientadores/as, especialistas en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje), de la medicina, de la psicología y de la logopedia facilitará un abordaje más específico e integral.
c. Atención a la salud emocional. Es importante tener en cuenta todos los aspectos que conforman a la persona, no solamente las capacidades intelectuales. Hay muchísimos estudios que establecen la correlación entre la salud emocional y la actividad y eficacia cognitiva. Por ejemplo, si una persona está triste, apática o frustrada, es bastante probable que presente dificultades para atender y concentrarse, lo cual obstaculizará la ejecución y la práctica continuada de tareas de lecto-escritura. La desmotivación y la pobreza de expectativas también pueden disminuir la implicación, ralentizando e incluso bloqueando la intervención cognitiva que puede llegar a volverse ineficaz, ya que para obtener unos resultados positivos la persona ha de involucrarse activamente en los diferentes tratamientos.
2. ¿Qué recomendarías a una familia a cuyo hijo/a le han detectado dislexia?
De primeras, calma. Tener dislexia no es algo que amenace la supervivencia de la persona ni es un síndrome raro y poco frecuente que ponga en peligro su integridad física. Podríamos decir que la dislexia es un conjunto de dificultades en la lecto-escritura y en algunas capacidades relacionadas - mientras que otras áreas no presentan ningún tipo de alteración - para el que afortunadamente hoy en día contamos con numerosísimos estudios, profesionales con mucha dedicación y cualificación y una gran cantidad de materiales de intervención. No hay nada horrible en la persona, ni nada vergonzoso que haya que negar u ocultar. Es importante tranquilizarnos, no caer en el drama y darle la importancia que tiene. Ni menos, ni más. A partir de ahí, recomendaría una pronta intervención con un equipo de profesionales que, además de trabajar directamente con la persona desde sus diferentes especialidades, puedan asesorar a la familia con pautas o líneas de trabajo que llevar a cabo en el hogar. Este acompañamiento familiar, tutorizado por las personas especialistas de las diversas áreas, ayudará a llevar a cabo una intervención más completa y global, así como más continua en el tiempo.
3. ¿De qué ejercicios partirías de inicio en la intervención?
Con tareas que nos faciliten la actuación sobre la conciencia fonológica: ejercicios de conciencia silábica (identificación de la sílaba que se repite, segmentación silábica, omisión silábica, etc.), conciencia fonémica (sustitución fonémica, ordenación de grafemas, completar con grafemas, etc.) y conciencia léxica (discriminación visual de palabras, ordenación de palabras dentro de una frase, etc.) Tareas que permitan la estimulación del lenguaje espontáneo, la comprensión y expresión escrita, las habilidades matemáticas y el desarrollo motor también son fundamentales para una evolución más favorable. También me parece de especial interés completar la intervención con actividades que permitan desarrollar y estimular la atención y la memoria. Por ejemplo, cuanta mayor sea la capacidad de atención de una persona sobre una tarea de lecto-escritura, mayor va a ser el aprovechamiento y mejor va a ser su desempeño.
4. ¿Cómo abordaríamos la parte emocional, la impotencia y la frustración que puede generar esta dificultad?
En muchos casos… abordando en primer lugar la frustración y la impotencia de las personas adultas. A veces nos encontramos con que las propias figuras cuidadoras niegan la existencia de las dificultades o bloquean los diferentes tratamientos más que colaborar. Sus expectativas, sus exigencias, sus juicios o su propia falta de autoestima y de gestión emocional, influyen negativamente sobre la percepción de la persona con dislexia y generan un clima familiar que dificulta los estados emocionales positivos, tan necesarios para una evolución favorable.
Al hilo de esto, creo importante darnos cuenta de que los diagnósticos facilitan la comunicación entre profesionales y que nos sugieren posibles líneas de intervención, pero en su faceta más restrictiva, pueden llevarnos a perder de vista a la persona y a su individualidad. Es decir, ocurre en muchas ocasiones que se deja de ver a la persona para convertirla en su etiqueta. O se la encaja en un gran compartimiento que lleva por rótulo el nombre del supuesto trastorno y que favorece que se pierdan de vista tanto las necesidades peculiares de cada persona como sus características individuales. Esto puede provocar varias cosas:
Por un lado, este dictamen profesional puede convertirse en un pretexto perfecto bajo el cual puede esconderse la pereza, la irresponsabilidad, la falta de motivación o compromiso, el temor al rechazo, etc. “No puedo hacer eso porque soy disléxica”: Ante la timidez o el miedo al ridículo, pongo la excusa, ni siquiera lo intento y nadie me va a forzar porque tengo un diagnóstico que justifica mi comportamiento.
Por otro lado, el identificarse con el diagnóstico puede llevar a la persona a sentirse víctima - y de esta forma conseguir atención y ganancias secundarias - o diferente y menos que el resto.
De cualquier forma, todo esto puede traer consigo estados emocionales como frustración, enfado, tristeza, culpa, vergüenza, pasividad, bloqueo, indefensión o desesperanza. Es fácil imaginar que si ponemos todo el foco en los déficits, es probable que se impida el desarrollo de una buena autoestima y una saludable percepción de auto-eficacia. Para evitar este tipo de estados emocionales (siempre en la medida de lo posible) es importante que las familias y el equipo de profesionales transmitan seguridad, tranquilidad y normalidad a la persona. Mostrarle que él/ella no es sus déficit, que es mucho más y hacerle la invitación a tomar contacto también con todo aquello en lo que no se presentan dificultades. Reforzar el esfuerzo, la participación y el compromiso también es muy beneficioso para lograr estados emocionales positivos.
Tampoco podemos perder de vista la edad que presentan muchos de los casos detectados. A menudo estamos tratando con niños, niñas y adolescentes. Necesitan poder compartir algo más que las notas y los exámenes, porque otros muchos aspectos de su vida también son cruciales para su desarrollo evolutivo. Que la dislexia se convierta en el eje central de sus días, está provocando que sus dificultades, aquello que les resulta difícil, en lo que no se sienten personas válidas, sobre lo que sienten juicios y exigencias, etc., sea el núcleo de sus vidas. La intervención sobre las capacidades cognitivas es necesaria (por cierto, si es entretenida y atractiva, mejor), por supuesto que sí, pero también lo son los tiempos de descanso, de juego, de diversión y de estar con las amistades y con la familia.
En Plasencia, en la clínica especializada Fonodil M.P trabajamos de forma específico la dislexia. Contacta con nosotros en el 675678602!
Raquel Monroy realiza una entrevista a Carmen León Lopa, psicóloga con la que colabora en los libros de la editorial GEU y con la que ha creado el libro de "La Boca de las Letras" y coordinado el libro de dislexia infantil y adolescente- adulto.

¿Tú hijo o hija no quiere ir al colegio? Hoy en Fonodil M.P hablamos sobre ello! Soy Raquel Monroy,lo conocemos! Pasos iniciales que puedes dar en casa 1. Escuchar sin juzgar Pregúntale con calma: ¿Qué es lo que más te cuesta del colegio? ¿Hay algo o alguien que te preocupa allá? Qué sentirías si fueras mañana? A veces los niños callan por miedo a decepcionar o a no ser entendidos. 2. Observar señales ¿Se queja de dolores físicos solo en días de clase? ¿Ha cambiado su sueño, apetito o humor? ¿Muestra miedo, ansiedad o tristeza al hablar de la escuela? Esto ayuda a diferenciar si es un tema académico, social (bullying, soledad) o emocional (ansiedad, depresión). 3. Rutinas claras y seguras Horarios de sueño regulares. Preparar la mochila y ropa la noche anterior. Transmitir tranquilidad en la despedida (sin prolongar el momento). 4. Evita reforzar la evitación Si cada vez que no va al colegio obtiene más tiempo de pantallas o juegos, el mensaje inconsciente es que quedarse en casa tiene más ventajas. Coordinación con la escuela Habla con su tutor o profesor para conocer si han notado cambios en su conducta o relaciones. Pregunta si existe algún conflicto con compañeros o dificultades académicas. Propón una reincorporación gradual (ir medio día, empezar con materias que le gusten, contar con un referente de confianza en el colegio). Apoyo profesional Si el rechazo se mantiene más de unas semanas, es recomendable: Orientador escolar o psicólogo educativo: evalúa causas y estrategias. Psicólogo infantil: para trabajar la ansiedad, autoestima o emociones que estén detrás. Pediatra: descartar causas médicas si hay quejas físicas constantes. En Fonodil,te ayudamos!

¿Preocupados por la situación social y emocional de tu peque? Soy Raquel Monroy,hoy en Fonodil M.P conocemos qué hacer con el rechazo que experimenta! El rechazo escolar es una situación en la que un niño o adolescente presenta mucha resistencia a asistir al colegio, generalmente acompañada de ansiedad, malestar físico (dolor de cabeza, dolor abdominal, mareos) o síntomas emocionales (llanto, miedo, angustia). No debe confundirse con la fobia escolar ni con el absentismo voluntario: en el rechazo escolar, el estudiante quiere ir al colegio, pero la ansiedad lo bloquea. Causas frecuentes Ansiedad de separación (común en niños pequeños). Bullying o conflictos sociales en la escuela. Dificultades académicas no atendidas (trastornos del aprendizaje, déficit de atención). Factores familiares: cambios en la dinámica (divorcio, mudanza, enfermedad de un familiar). Trastornos emocionales: ansiedad, depresión, baja autoestima. Señales de alerta Quejas físicas recurrentes los días de clase. Crisis de llanto o resistencia al salir de casa. Ausencias frecuentes sin justificación médica clara. Preocupación excesiva antes o durante la jornada escolar. Bajada en el rendimiento académico. Estrategias de gestión 1. En casa Validar las emociones del niño (“entiendo que tengas miedo/te cueste ir”). Evitar reforzar la evitación: no prolongar las ausencias si no hay motivo médico real. Establecer rutinas claras de sueño, alimentación y preparación para la escuela. Mantener una comunicación cercana y positiva, sin presionar en exceso. 2. En la escuela Favorecer una reincorporación gradual (medio horario, horarios flexibles, tutorías). Coordinar con el profesorado para ofrecer apoyo emocional y académico. Identificar posibles causas dentro del colegio (acoso, dificultades de aprendizaje). Ofrecer espacios seguros: aula de apoyo, profesor de confianza, orientador. 3. Desde la orientación y psicología Intervenciones de exposición gradual a la escuela combinadas con técnicas de relajación. Terapia cognitivo-conductual para manejar la ansiedad. Trabajo con las familias para evitar sobreprotección o refuerzos negativos. En casos complejos, valoración psiquiátrica (cuando hay depresión o ansiedad intensa). - Claves importantes: Actuar pronto: mientras más tiempo esté el niño fuera del aula, más difícil es la reincorporación. Trabajo coordinado familia–escuela–profesionales de salud mental. Abordar la causa de fondo: no es solo “llevarlo a la fuerza”, sino entender qué genera el rechazo. En Fonodil,te ayudamos!

Gran tema de hoy de Fonodil! Soy Raquel Monroy,lo conocemos! La alteración del procesamiento auditivo (también conocida como trastorno del procesamiento auditivo central – TPAC o APD en inglés) se refiere a las dificultades que presenta el cerebro para interpretar y dar sentido a la información que llega a través del sistema auditivo, a pesar de que la audición periférica (oído externo, medio e interno) funcione de manera adecuada. Características principales El oído capta bien los sonidos, pero el cerebro no los procesa de manera eficiente. Se da sobre todo en la infancia, aunque puede observarse en adultos tras lesiones neurológicas o traumatismos. Afecta la comprensión del habla, especialmente en ambientes ruidosos o con mensajes complejos. Síntomas frecuentes en niños y adolescentes 1. Dificultades para entender en ambientes ruidosos. 2. Necesidad de que se repitan las instrucciones. 3. Problemas para discriminar sonidos similares (p, b, d…). 4. Dificultad para recordar secuencias orales (números, instrucciones). 5. Retraso o problemas en el aprendizaje de la lectura y la escritura. 6. Lenguaje expresivo más pobre o desorganizado. 7. Fatiga auditiva después de actividades prolongadas de escucha. Posibles causas Alteraciones en la maduración del sistema nervioso central. Factores genéticos. Antecedentes de otitis media recurrente en la infancia. Lesiones neurológicas (traumatismos, accidentes cerebrovasculares, etc.). Evaluación Se realiza mediante pruebas audiológicas específicas (no basta con una audiometría normal). Incluye: Pruebas conductuales (discriminación de sonidos, reconocimiento de patrones). Pruebas electrofisiológicas (potenciales evocados auditivos, P300, etc.). Valoración multidisciplinar (fonoaudiología/logopedia, neuropsicología, neurología). Intervención y apoyos - A nivel terapéutico: Entrenamiento auditivo (ejercicios de discriminación, memoria auditiva, localización). Rehabilitación logopédica para mejorar la comprensión y el lenguaje. Estrategias de metacognición (enseñar al estudiante a pedir repetición, resumir, organizar la información). -En el aula: Ubicar al estudiante cerca del docente. Usar apoyos visuales (esquemas, imágenes, escritura en pizarra). Fraccionar instrucciones en pasos más simples. Favorecer entornos con bajo nivel de ruido. Usar tecnologías de apoyo (micrófonos personales, FM, subtitulado). La alteración del procesamiento auditivo no es lo mismo que una pérdida auditiva periférica: un niño puede “oír bien”, pero no entender bien lo que oye. En Fonodil te ayudamos!

Conocemos la fatiga auditiva! Soy Raquel Monroy de Fonodil, allá vamos! La fatiga auditiva en el aula es un fenómeno cada vez más estudiado, sobre todo en contextos donde los estudiantes (y docentes) están expuestos de manera prolongada a escuchar, procesar y discriminar sonidos en ambientes ruidosos. Se refiere al cansancio físico, cognitivo y emocional que aparece tras un esfuerzo auditivo sostenido. Causas principales en el aula 1. Ruido ambiental: conversaciones simultáneas, reverberación, mobiliario, tráfico exterior. 2. Esfuerzo auditivo: necesidad de concentrarse para entender al docente o compañeros. 3. Problemas de acústica: aulas con mala insonorización o exceso de eco. 4. Uso prolongado de audífonos o FM (en estudiantes con hipoacusia). 5. Sobrecarga cognitiva: procesar simultáneamente lo que se oye, se lee y se escribe. Síntomas frecuentes Cansancio mental y corporal después de clases. Dificultad para mantener la atención. Irritabilidad o frustración. Disminución en la comprensión oral y memoria a corto plazo. Dolores de cabeza o sensación de “ruido interno”. Impacto: Reducción del rendimiento académico. Mayor riesgo de desconexión o aislamiento, sobre todo en estudiantes con pérdida auditiva. Aumento del estrés docente. Estrategias para reducir la fatiga auditiva A nivel ambiental: Mejorar la acústica del aula: paneles fonoabsorbentes, cortinas, alfombras. Reducir ruidos externos y reverberación. Controlar el volumen de dispositivos y equipos. A nivel pedagógico: Hablar mirando a los estudiantes, con ritmo claro. Alternar explicaciones orales con apoyos visuales (presentaciones, esquemas, pizarras digitales). Hacer pausas breves para descanso cognitivo. Fomentar turnos de palabra para evitar el solapamiento de voces. Apoyos tecnológicos: Sistemas de amplificación o micrófonos para el docente. Uso de subtitulado en presentaciones o materiales multimedia. Aplicaciones que reducen el ruido de fondo (para alumnos con dificultades auditivas). Si existen problemas auditivos,hay audífono, implante coclear o fatiga auditiva con repercusión en el aprendizaje, te ayudamos en Fonodil!

Hoy en Fonodil, vemos estrategias prácticas para ayudar a los niños a manejar la ansiedad, adaptables según su edad y personalidad. Soy Raquel Monroy,las conocemos! 1. Validar sus emociones Escucha con atención y hazles saber que lo que sienten es real y está bien. Evita frases como “no pasa nada” y cámbialas por “entiendo que te sientas así”. 2. Rutinas predecibles Mantener horarios regulares (sueño, comidas, escuela, juegos) brinda seguridad y reduce la incertidumbre que alimenta la ansiedad. 3. Técnicas de respiración Enséñales a inhalar profundo contando hasta 4, mantener el aire, y exhalar contando hasta 4. Juegos como soplar burbujas o imaginar inflar un globo pueden hacerlo más divertido. 4. Cajas de calma o rincones tranquilos Preparar un espacio con objetos que los relajen (peluches, libros, dibujos, música suave) les da un recurso concreto para autorregularse. 5. Explicar la ansiedad con metáforas Usar imágenes sencillas (“la ansiedad es como una alarma que suena demasiado fuerte cuando no hay peligro”) ayuda a que comprendan lo que sienten. 6. Fomentar la expresión creativa Pintar, escribir un diario, bailar o jugar con plastilina les permite liberar emociones difíciles de poner en palabras. 7. Exposición gradual a los miedos Ayúdalos a enfrentar poco a poco las situaciones que les generan ansiedad, celebrando cada pequeño avance en vez de evitar siempre lo que les preocupa. 8. Ejercicio físico y juego activo Actividades como correr, saltar, montar bicicleta o bailar reducen la tensión y favorecen la liberación de endorfinas. 9. Modelar calma Los niños imitan lo que ven. Mostrar cómo manejas tu propio estrés con serenidad les da un ejemplo práctico. 10. Enseñar habilidades de afrontamiento Usar frases positivas (“puedo intentarlo”, “esto va a pasar”), practicar la gratitud, y reforzar sus fortalezas aumenta la confianza y reduce la ansiedad. Si la ansiedad interfiere mucho con el sueño, la alimentación, la escuela o las relaciones, lo ideal es buscar orientación de nuestra área de Fonodil de psicología infantil.

Vamos a centrarnos hoy en Fonodil, en la psicología positiva como un concepto y aplicación positiva para la vida. Soy Raquel Monroy,la conocemos!La psicología positiva es una corriente de la psicología que se centra en el estudio científico de las experiencias positivas, las fortalezas personales y las condiciones que favorecen el bienestar y el florecimiento humano. A diferencia del enfoque tradicional de la psicología, más orientado a diagnosticar y tratar problemas o trastornos, la psicología positiva busca responder a preguntas como: ¿Qué hace que la vida valga la pena? ¿Qué factores favorecen la felicidad y la satisfacción vital? ¿Cómo pueden las personas desarrollar y potenciar sus fortalezas? Veamos el Origen! Surge a finales de los años 90, impulsada por Martin Seligman, expresidente de la American Psychological Association (APA). Su objetivo era equilibrar la psicología: no solo reparar lo que está roto, sino también fortalecer lo que funciona bien en las personas. Principales conceptos 1. Bienestar y felicidad, no solo como ausencia de malestar, sino como presencia de emociones positivas, sentido y logros. 2. Fortalezas personales, como la resiliencia, gratitud, esperanza, creatividad, curiosidad, entre otras. 3. Modelo PERMA de Seligman: cinco pilares del bienestar: Positive emotions (emociones positivas) Engagement (compromiso o flujo) Relationships (relaciones positivas) Meaning (sentido de vida) Accomplishment (logros) Aplicaciones Educación: promover motivación, resiliencia y aprendizaje positivo. Trabajo y organizaciones: liderazgo positivo, mayor satisfacción laboral. Salud mental: complementar terapias tradicionales con prácticas de gratitud, optimismo y mindfulness. Vida cotidiana: cultivar hábitos que aumenten el bienestar. ¿Cómo lo aplicamos? Ejercicios de Psicología Positiva 1. Diario de gratitud Cada noche escribe 3 cosas por las que estés agradecido. Pueden ser grandes (un logro en el trabajo) o pequeñas (un café calentito, una sonrisa). Con el tiempo, entrenas tu mente para enfocarse en lo positivo. 2. Identificación de fortalezas Haz una lista de situaciones en las que te hayas sentido fuerte y satisfecho contigo mismo. Pregúntate: ¿qué cualidades estaba usando (creatividad, empatía, perseverancia)? Luego, busca formas de aplicar esas fortalezas más seguido. 3. Saborear el presente ("savoring") Elige un momento del día (comer, caminar, ducharte) y concéntrate en disfrutarlo plenamente. Respira, observa colores, olores y sensaciones. Esto aumenta la capacidad de vivir el “aquí y ahora”. 4. Actos de bondad intencionales Haz algo positivo por alguien cada día: Un mensaje amable. Escuchar activamente. Ayudar en algo práctico. Estos gestos generan emociones positivas tanto en ti como en los demás. 5. Visualización del mejor yo posible Dedica 10 minutos a imaginar tu vida dentro de unos años si todo saliera bien. Escribe lo que ves: cómo eres, qué haces, cómo te sientes. Este ejercicio aumenta la esperanza y la motivación. 6. El modelo PERMA en tu vida Emociones positivas: busca actividades que te den alegría. Compromiso: fluye en hobbies o tareas que te absorban. Relaciones: cuida tus vínculos cercanos. Sentido: conecta con lo que te da propósito. Logros: reconoce tus progresos, aunque sean pequeños. En Fonodil, enseñamos a tus hijos y a tí como aplicarlo!

Hoy en Fonodil conocemos El crecimiento personal, cómo hacemos? Soy Raquel Monroy,lo conocemos! El crecimiento personal es un proceso continuo de autoconocimiento, desarrollo de habilidades y transformación interna que permite a una persona vivir con mayor plenitud, propósito y equilibrio. Está estrechamente relacionado con la psicología positiva, porque busca potenciar lo mejor de cada individuo. Fundamentos del crecimiento personal: 1. Autoconocimiento: entender tus pensamientos, emociones, valores y creencias. 2. Gestión emocional: aprender a reconocer y regular tus emociones. 3. Fortalezas y debilidades: potenciar lo que te da energía y trabajar en lo que te limita. 4. Propósito de vida: encontrar sentido en tus acciones y dirección en tu camino. 5. Hábitos positivos: disciplina, constancia y cuidado de la salud física y mental. Áreas principales: Mental: aprendizaje, creatividad, pensamiento crítico. Emocional: resiliencia, autoestima, inteligencia emocional. Física: cuidado del cuerpo (ejercicio, alimentación, descanso). Social: relaciones saludables, comunicación asertiva. Espiritual: conexión con valores profundos, meditación, propósito. Ejercicios prácticos para el crecimiento personal: 1. Journaling (escritura reflexiva): escribe tus pensamientos y aprendizajes diarios. 2. Metas SMART: define objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazo. 3. Lectura y formación continua: dedica al menos 20 minutos diarios a aprender. 4. Mindfulness: práctica de atención plena para reducir estrés y aumentar claridad mental. 5. Feedback positivo: pide a personas de confianza que te digan qué valoran de ti. 6. Revisión mensual: analiza qué logros alcanzaste y qué puedes mejorar. Claves para avanzar: Sé constante: el cambio es acumulativo, no inmediato. Celebra los pequeños logros. Rodéate de personas que te inspiren. Acepta el error como parte del aprendizaje. El crecimiento personal no es lineal: tiene avances y retrocesos, pero cada paso aporta aprendizaje.Ven a Fonodil y trabajaremos juntos!

¿Cómo nos sentimos con las notas de nuestros hijos o de nosotros mismos? Soy Raquel Monroy,hoy en Fonodil,lo conocemos! Cómo interpretar un boletín de notas 1. Mirar el conjunto, no solo un número: Pregúntate o pregúntale: ¿hay materias fuertes y otras más débiles? ¿Se mantiene una tendencia o hay altibajos? Un área baja no define la capacidad global de la persona. 2. Observar la evolución: Compara con periodos anteriores: ¿mejoró, se mantuvo o bajó? El progreso es más importante que la perfección. 3. Analizar más allá de lo académico: Algunas calificaciones reflejan esfuerzo, otras reflejan dificultades puntuales (concentración, organización, hábitos de estudio). A veces una nota baja indica necesidad de apoyo en estrategias de aprendizaje, no falta de capacidad. 4. Separar identidad de rendimiento: Una calificación es información sobre un momento, no sobre el valor personal del estudiante. Esto ayuda a reducir la preocupación y enfocar la energía en mejorar. Manejo de la preocupación: Reformular el pensamiento: en lugar de “es un fracaso”, verlo como “es una señal de dónde poner atención”. Buscar causas concretas: falta de estudio, método inadecuado, motivación baja, dificultades externas. Plantear un plan: horarios de estudio, pedir apoyo a profesores, usar técnicas de organización. Reconocer lo positivo: destacar logros y materias en las que sí hubo buen desempeño. Estrategia práctica (para padres o estudiantes) 1. Haz una lista de fortalezas y de áreas a mejorar según el boletín. 2. Escoge 1-2 aspectos concretos para trabajar en el siguiente periodo (no todos a la vez). 3. Diseña un plan sencillo y realista: Ejemplo: “dedicar 30 minutos diarios a repasar matemáticas” o “pedir tutoría de lectura”. 4. Revisa avances cada semana, no solo al final del trimestre. La clave es transformar la preocupación en acción constructiva. Te lo enseñamos en el área de técnica de estudio de Fonodil o en el área emocional si te genera angustia!

Hoy en Fonodil,vemos qué preguntar o por qué preocuparse cuando nos reunimos con él maestro de nuestro hijo! Soy Raquel Monroy,lo conocemos! 1. Sobre el rendimiento académico ¿En qué asignaturas muestra mayor facilidad y en cuáles más dificultad? ¿Cómo se compara su rendimiento con el promedio del grupo? ¿Qué estrategias recomienda para apoyarlo en casa? 2. Sobre hábitos de estudio y comportamiento en clase ¿Presta atención y participa en clase? ¿Cómo maneja las tareas y la organización de su tiempo? ¿Respeta las normas y colabora con sus compañeros? 3. Sobre habilidades sociales y emocionales ¿Cómo se relaciona con sus compañeros? ¿Muestra confianza en sí mismo/a? ¿Hay señales de estrés, frustración o desmotivación? 4. Sobre la comunicación escuela-familia ¿Cuál es la mejor forma de mantenerme informado sobre su progreso? ¿Hay programas de refuerzo o actividades extracurriculares que recomienda? ¿Con qué frecuencia conviene reunirnos para hacer seguimiento? 5. Sobre metas y planes de mejora ¿Qué objetivos realistas debería plantearse para este trimestre/semestre? ¿Cómo podemos trabajar conjuntamente (familia y escuela) para alcanzarlos? ¿Qué señales debo observar en casa para detectar avances o retrocesos? Te ayudamos en Fonodil a aspectos académicos y emocionales!

Soy Raquel Monroy,hoy en Fonodil vamos a tratar cómo sería una comunicación efectiva con el profesorado para el beneficio de nuestros hijos! La comunicación activa y efectiva con los profesores es clave para acompañar el aprendizaje de tus hijos. Aquí te comparto algunas pautas prácticas: Claves de una comunicación activa y efectiva 1. Preparación antes de hablar con el profesor Define el objetivo de la conversación (ej. rendimiento académico, conducta, motivación). Lleva ejemplos concretos de lo que observas en casa. Prepara preguntas claras y abiertas (no solo “¿va bien?”, sino “¿qué puedo hacer en casa para apoyarlo en matemáticas?”). 2. Durante la tutoría o reunión Escucha activamente sin interrumpir. Usa un tono respetuoso y colaborativo, evitando actitudes defensivas. Muestra interés tanto en lo académico como en lo emocional/social. Resume lo que entendiste para confirmar (“Entonces, me dice que le cuesta concentrarse en lectura, ¿correcto?”). 3. Mantener la colaboración Propón un plan conjunto: profesor + familia. Pregunta cómo puedes reforzar lo aprendido en casa sin duplicar la carga escolar. Solicita retroalimentación periódica (correo, agenda escolar, reuniones breves). 4. Cuidar la relación a largo plazo Reconoce y agradece los logros o mejoras de tu hijo. Mantén la comunicación también en los momentos positivos, no solo cuando hay problemas. Sé constante pero flexible: no necesitas hablar cada semana, pero sí cuando surgen dudas o avances importantes. Ejemplos de frases útiles “Me gustaría entender mejor cómo puedo reforzar en casa lo que trabajan en clase.” “¿Ha notado alguna fortaleza que podamos potenciar más?” “Si observa algún cambio importante, ¿cuál es la mejor manera de que me lo comunique rápido?” “Podríamos fijar un objetivo pequeño para este mes, ¿qué recomienda?” En Fonodil M.P te ayudamos en el área académica y emocional!

